Ellos hablaban náhuatl desde hacía bastante tiempo, pues no hay ninguna evidencia de que hubieran hablado otra lengua con anterioridad y ni siquiera de que viajaran con ellos hablantes distintos. Impusieron topónimos náhuatl en algunos enclaves ocupados; así lo afirma un texto. Se llamaban ellos mismos aztecas, mexitin, mexica, chicomoztoque, teochichimeca o atlacachichimeca, todos gentilicios en náhuatl.
Desde su salida tuvieron que depender mas de la cacería de conejos, liebres, venados, pájaros, culebras y otros animales. Recolectaron también una especie de berro al que eran muy afectos.
Cuando arribaban a lugares fértiles en donde paraban algún tiempo, sembraban, de riego y de temporal, principalmente maíz y además frijol, chile, tomates, calabaza, así como también bledos y chía. Es decir, los cultivos que formaban el complejo alimenticio mesoamericano. Otro de sus aprovechamientos era el de las plumas finas de ave. Estas, junto con los productos de la pesca y el cultivo, los tributaban a sus señores en Aztlán. Ya desde entonces eran tributarios.
En cuanto a las familias...
la organizacion social se basaba en una unidad básica de organización social era el calpulli Era una especie de dan compuesto por varias familias nucleares, en donde el lazo familiar era él vinculo predominante. Todos los problemas se resolvían mediante el esfuerzo colectivo de los componentes de cada una de esas unidades de típica caracterización tribal. Cuando salieron de Aztlán los aztecas eran un grupo organizado en siete calpulli, cada uno con su dios particular, predominando como el principal Huitzilopochtli, el dios del calpulli de los huitznahuaque. Los nombres de los calpulli nos dicen mucho respecto a la composición étnica de la tribu azteca que peregrinaba: huitznahuaque - quiere decir surianos; el de Yopico era el de los yopis, individuos a quienes se les conoce como pobladores de la costa de Guerrero y adoradores de Xippe Tlacochcalcas, tlacatecpanecas, izquitecas y cihuatepanecas, son todos nombres de grupos conocidos en la historia mesoamericana y que en ella jugaron papeles mas o menos importantes. El de los chalmecas es el nombre de un grupo olmeca, de los tardíos, y se menciona como dios de uno de los calpulli a Cintéotl, deidad, entre varias mas, del maíz. Los calpulli aumentaron en numero a medida que el tiempo transcurría; cuando se asentaron en Coatepec su numero era de quince. Al establecerse en Tenochtitlan sumaban veinte.
Tenían una división social del trabajo. Los hombres y jóvenes cazaban, pescaban, cultivaban y cosechaban. Las mujeres hacían labores complementarias y cargaban la impedimenta. Se menciona a una mujer como uno de los cuatro conductores del grupo. A los viejos y a los enfermos los dejaban en el camino provistos y protegidos cuando ya no podían caminar.
Parece que eran los calpulli los que desde Aztlán tenían participación activa en las decisiones. Al menos asa lo dejan entrever las fuentes con mención continua de ellos, insistiendo de ese modo en la importancia que tenían esos grupos dentro de la tribu. Cada calpulli era dirigido por un caudillo. Esos caudillos coexistían con cuatro funcionarios: los teomamaque, quienes, sacerdotes cargadores del dios, "interpretaban" sus mandatos y formaban un grupo sacerdotal gobernante, sobrepuesto al sistema simple de control tribal. Así aparecen los mandatarios de la primera etapa de la migración, que eran los conductores de la tribu. Después de su estancia en Coatepec, se habla de dos "sumos" sacerdotes, teomamaque según algunas fuentes; tres capitanes, según otras, superpuestos a los caudillos y a los teomamaque comunes y corrientes. Parece que se trata de sacerdotes distinguidos por sus servicios militares, por lo que unieron al liderato religioso el liderato militar. Eso parecen ser entre otros, Huitzilíhuitl y Tenoch, que eran sus principales conductores en Chapultepec y Culhuacán, respectivamente. Ellos, y otros mas que se mencionan, eran también "incensadores y ministros de los templos".
Aunque una fuente nos informa que en su tierra original sólo reverenciaban al sol y a la luna, cosa que hacían sin ofrecerles sacrificios, todas las demás coinciden en mencionar deidades, ritos, sacerdocio, ofrendas y penitencias.
El dios principal y numen titular era Huitzilopochtli. En su nombre se hacía y ordenaba todo lo conducente. Lo representaban formalmente por medio de esculturas de piedra o de cana de maíz.
Era él dio s de lo s huitznahuaque , los surianos, aunque todos - los demás calpulli lo reconocían como principal y lo denominaban asimismo Huitzilopochtli-Quetzalcóatl-Tlaloteuctli. Llevaba un nombre calendárico de Ome Técpatl y en su indumentaria portaba moños de papel azul goteados de hule derretido. A el se le sacrificaban incluso niños. Estos dos últimos rasgos lo pueden identificar como un tlaloque (sacerdote del mesoamericano dios de la lluvia, Tlaloc). Parece que Huitzilopochtli no siempre había sido su dios, sino que su más antigua deidad era el llamado Tlacatecólotl Tetzáhuitl Yaotequihua, dios de los presagios y señor de la guerra", al que representaban con un ídolo y que tenía un sacerdote llamado Huitziltzin, que fue el primer conductor de la tribu y el primer cargador del dios que, a su vez, seria deificado al morir.
Se mencionan además otros dioses tutelares del resto de los calpulli, tales como Xochiquetzal, Tezcatlipoca y Mictlantecuhtli. Aunque no se menciona a Xippe Tótec, hacían el típico sacrificio de su ritual: el tlacaxipehualiztli o "desollamiento de hombres ". De Yopico debió de ser la gente tutelada por ese dios. En Coatepec aparece Coatlicue y, ya antes, la señora Malinalxóchitl. Adoraban las efigies de sus dioses, les erigían templos, ayunaban y hacían ofrendas deacxóyatl -ramas y hojas de abeto y copal, y sacrificios humanos y autosacrificios en su honor. Regia la vida de los migrantes la voluntad a través de los sacerdotes que interpretaban los designios divinos, que conocían por las teofanías de Huitzilopochtli. Las festividades religiosas eran celebradas con cantos y danzas y practicaban el evento ritual del juego de pelota.
LA HISTORIAA...
El reino de Azcapotzalco, situado al noroeste de Tenochtitlan, fue gobernado por el señor de estirpe tecpaneca Acolnahuacatzin. Había éste iniciado el periodo de expansión de su remo y en sus dominios se incluían buena parte de los lagos con los islotes de Tenochtitlan y Tlatelolco. Los tecpanecas do Azcapotzalco, al tiempo del asentamiento de los mexicas, habían demostrado una gran capacidad de organización política, militar y económica. Ello iba a permitirles alcanzar muy pronto la hegemonía entre los pobladores del Altiplano central. Y justamente en sus afanes de dominación no les tocó desempeñar un papel nada secundario a los mexicas que, como tributarios de Azcapotzalco, tuvieron que participar en muchas de sus empresas bélicas y de otra índole. Al sur de los dominios de Azcapotzalco, en un territorio bien conocido por los mexicas, ya que en é1 habían vivido hasta su establecimiento en Tenochtitlan, continuaba existiendo el antiguo reino de Culhuacán. Sus gobernantes, de noble origen tolteca, habían hecho posible la preservación de la herencia cultural proveniente de Tula. El señor Coxcoxtli, huey tiatoani o jefe supremo de Culhuacán, había tenido una amarga experiencia con los mexicas, que entre otras cosas, durante su estancia en Tizapán, habían sacrificado a una hija suya. Tal hecho, según algunos testimonios que se conservan, fue la gota de agua que colmó la tolerancia culhuacana y obligó a los mexicas a dar el paso decisivo hacia el lago y pasar al islote de Tenochtitlan. Mas, a pesar de la antipatía por algún tiempo existente entre culhuacamos y mextcas, hubo también, desde los días en que estos últimos vivían en las cercanías de Culhuacán, algunas formas espontaneas de acercamiento y vinculación, concretadas en los matrimonios que, violando prohibiciones, existían entre mexicas y mujeres culhuacanas. Esto tuvo mas tarde significativas consecuencias. Cuando el reino de Culhuacán, cuya decadencia iba en aumento, fue a la postre conquistado, brotó en los mexicas la idea de que eran ellos precisamente los legítimos herederos de su realidad política y su cultura, derivadas ambas del antiguo imperio tolteca. Coatlichan era el tercero de los reinos con particular significación en este momento en el valle de México. Situado en las riberas orientales del lago de Tetzcoco, allí había gobernado un nieto del gran chichimeca Xólolt el señor Huetzin. Gracias a un hijo de éste, Acolmiztli Huitzilihuitl, Coatlichan se encontraba, aunque en menor grado que Azcapotzalco, en el umbral de un periodo de expansión; El señorío de Tetzcoco, su vecino norteño, gobernado por Quinatzin, otro descendiente de Xólotl, era entonces tributario sumiso de los señores de Coatlichan.
Algunas décadas mas tarde, el precario equilibrio de fuerzas, motivado de algún modo por la existencia de los tres reinos –alguna vez aliados Azcapotzalco, Culhuacán y Coatlichan, se rompió de forma violenta. Primero tuvieron lugar las luchas entre Azcapotzalco y Culhuacán, en las cuales se produjo la derrota de este ultimo. Mas tarde vino el debilitamiento de Coatlichan, atacado por sus vecinos, Tetzcoco y Huexotla, apoyados por Azcapotzalco. En un lapso relativamente breve hubo profundas alteraciones en la situación política que había prevalecido en el valle de México. En los cambios, muchas veces sangrientos, desempeñaron los mexicas un papel de gran importancia.
Dado que, desde su establecimiento en Tenochtitlan, vivían como tributarios de Azcapotzalco, su actuación a lo largo de casi un siglo fue la de aliados forzados o, si se quiere, de proveedores de tropas mercenarias, que debían prestar apoyo a los tecpanecas en sus empresas de conquista. Puede anticiparse que la relación de dependencia con Azcapotzalco sirvió a los mexicas para adiestrarse en el oficio de la guerra y tomar conciencia de su capacidad y valor extraordinarios en los combates.
Además de los tres importantes reinos de Azcapotzalco, Culhuacán y Coatlichan, hubo también señorios menores con los que, en diversas ocasiones, tuvieron también que entrar en contacto los mexicas. Los principales fueron: Tenayuca y Xaltocan, al norte, que habrían de sucumbir un día ante la fuerza de Azcapotzalco. Chimalhuacán-Atenco, Chalco y Amaquemecan, al sureste, en donde asimismo subsistían elementos culturales toltecas y de procedencia olmeca tardía, en fusión con los rasgos propios de los chichimecas. Otros estados, que serían también víctimas de la penetración tecpaneca y de sus obligados aliados los mexicas, eran Xochimilco, Mizquic, Cuitlahuac y, bastante mas al sur, el señorío tlahuica de Cuauhnáhuac.
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